ÁNGELA FERNÁNDEZ PALOMA

Escritora grupo ALAS www.alasescritorasyarte.com

domingo, 8 de febrero de 2009

CÍRCULO DE HORAS

Premio Amatista 2004, editado con la colaboración del Instituto Andaluz de la Mujer


AMOR

Y tú, amor,
que te fuiste con los latidos del viento,
dejando en mi boca
un racimo de besos olvidado.
No pude retenerte, amor,
fue imposible sujetarte
a mi esperanza.
Mis ojos confusos rompieron la promesa.
Y mis manos cerradas
apretaron con fuerza los más bellos
sueños.
Tú permaneces en mí,
como el agua
en el cauce
del río.



LLUVIA

Y tú, lluvia,
que entre mis dedos te deslizas
dejando vacías mis manos,
y corres como gacela seducida
por la furia del huracán.
Tus caricias invaden los sentimientos
más profundos.
Sumergida en ti, renacen los deseos
y los recuerdos vuelven
con latidos de añoranza.
Tus lágrimas
rompen la monotonía del silencio
donde crece la duda
de un destino
incierto.



VIENTO

Y tú, viento,
que enredas y enmarañas
con tu fuerza seductora
rasgando el silencio.
Y yo,
sola y erguida como palmera
en las arenas del oasis:
¿no te has cansado ya de zarandearme?
Mis palmas desgreñadas y abatidas
agonizan.
Y mis sueños derrumbados
se acurrucan en el perfil de los deseos.
A ti, viento, te suplico
que me dejes desenredar
la esperanza
y sujetarla
a mi pecho.



FUEGO

Y tú, fuego,
que ardes en mis arterias
e iluminas los sueños.
Ni los grandes océanos
podrán detenerte.
Desprenderme de ti es imposible.
Tú alteras la inocencia de mis ojos
con tus llamas de dragón.
Mis labios te pronuncian
y te maldicen.
Mientras mis manos
acarician la ilusión
del último
y deseado
encuentro.



PRIMAVERA

Y tú, primavera,
vendedora de sueños
que llegas arrasando de colores.
Mi corazón se llena de júbilo,
y palpita enloquecido
desbordado como un torrente.
Y crecen violetas en mi esperanza.
Y yo,
avergonzada,
rapsoda de estos versos,
con timidez respiro tu perfume.
Explosión que me conmueve
y trae a mi memoria
la magia
del
recuerdo.



MAR

Y tú, mar,
con tu canto de sirena
me embrujaste
llevándome a los arrecifes
que clavaron sus aristas en mi alma.
Las transparencias de tus aguas
poseyeron mi inocencia confiada
y aún sigo presa entre tus redes,
de oleaje,
que me enreda con su espuma
arrastrándome a la orilla.
Y yo,
despojo en tus arenas,
sedienta de tus besos,
alargo mis manos ansiosas
de tus olas
y sus caricias
saladas.



TIERRA

Y tú, tierra,
que ciegas mis ojos
sabiendo que en tu vientre
se encuentran derramadas mis lágrimas.
Tú, que das vida a la vid
y sus jugosos racimos,
delicia y alegría de todos:
¿por qué fuiste tan cruel conmigo?
Explícame la razón si puedes.
Mi corazón sangra
y se arrastra en el círculo de las horas,
ansioso de cariño.
Pero el dolor resbala
por mis labios
desnudos.



CODICIA

Y tú, codicia,
deja que el viento respire
y no amordaces la magia
ni asfixies los latidos de la inocencia.
No seas tan cruel
y comparte un poco de ilusión
porque yo,
cansada, palidezco.
Quiero que se apaguen mis ansias
entre flores de lirios.
Con mis manos llenas de sueños
y el alma oxidada,
deseo morir a solas
sobre espigas de brisa,
recordando
tu amor.



ÁRBOL

Y tú, árbol,
erguido e indiferente
a las caricias seductoras del aire.
Poseído y penetrado
por un ardiente sol.
Tu desnudez persiste,
y descienden tus hojas
que alfombran con recato virginal
la soledad existente.
Desmadejados tus sueños,
abatidos, observan el silencio
que te acoge.
La melancolía se esparce
con ansias de azules,
siendo tus latidos, besos deshojados
que cabalgan
bajo
una lluvia
derramada.



SOMBRA

Y tú, sombra,
que cubres el alma
dejándola entre tinieblas.
Los vuelos de paloma
quedaron en la penumbra
de un solitario destierro.
Y yo,
ansiosa de infinito,
quiero atrapar los sueños
que alfombran mi esperanza.
Y dibujar en mis labios la luz
de las estrellas.
Porque me ahogo en el silencio
de esta monotonía de pájaros
dormidos.
Déjame buscar
entre los lirios
la paz
que necesito.



SILENCIO

Y tú, silencio
que hipnotizas.
Sumergido en mi alma
y sin ritual, derramas tu pócima eterna.
¡Oh, silencio insensato
que, disfrazado de paje,
has entrado celoso
en mi habitáculo oscuro
y has sellado la entrada con hielo.!
Y yo,
con mis dudas constantes,
bebo a sorbos el destino
abrazada a un fragmento de agonía.
La luz de la magia se abre sólo un momento.
Pero tú no te cansas
y haces brotar mis lágrimas,
congelando mi vida.
Ten piedad de los sueños
y no rompas las horas del crepúsculo.
Asfixiante
silencio
lacerado.



IRA

Y tú, ira,
fuerza de soberbia,
desaparece
en el espejismo del oasis.
En ti no existe la ternura.
Las ninfas te rodean
en la espesura desatada del bosque.
Y yo,
te conjuro porque deseo
cubrir mi alma de armonía.
Están mis ojos en vigilia,
cegados por la transparencia del alba.
Clamando,
por el último rayo del olvido.
Son torpes los pasos míos,
en medio de la tempestad.
Y acudo a oscuras, sin ímpetu
ni culpas,
desposeído el corazón de odios
donde sólo florece la hortensia
bajo la mirada
paciente
de Dios.


TIEMPO

Y tú, tiempo,
ausente de colores,
encendido refugio de esperanza
que invade el espacio acelerado.
Y yo,
acallando los impulsos en mi alma de niña,
que se ahoga sin olvido
y sin vuelos de gaviotas sosegadas.
Desnudos los ojos de esperanza
se queman en el delirio de las horas.
Son cenizas mis ansias de paisajes.
Y cascadas de agonía
los recuerdos que emergen y se deshojan.
Triste mis pasos confundidos
en el letargo de los días.
No, yo no quiero que caduque el calendario
que da luz a mi memoria.
Con miedo huyo, como una fugitiva,
y sorprendo extasiada
al tiempo sujeto
en mi cintura.



UNIVERSO

Y tú, Universo,
misterio inescrutable
de silencio.
El crisol de la luna se esparce
en la magia de la noche,
estigma persistente
en el torbellino del tiempo.
Y yo,
presagiando el frío de las horas
en la humedad de la distancia,
con ese extraño presentimiento
que invade los recuerdos,
donde se extinguen las estrellas
que han olvidado su antorcha
de plegaria.
Y
con mis sueños, expectante,
suspiro por una eternidad
que no llega.


DÍA

Y tú, día,
bullicio de pájaros hambrientos
cubriendo las urbes.
Los triunfadores se enriquecen.
Y yo,
pobre andante callejero
con la mirada triste
y el cuerpo cubierto de harapos
me está prohibida la esperanza.
Y arrastro sobre el asfalto,
mi máximo paraíso.
¿Qué espero?
Si para mí sólo hay un poco de sol
que calienten mis huesos
y algunas monedas que percibo
de algún transeúnte
sabedor de palabras...
Y miro al cielo con las manos vacías
y el alma repleta
de sueños ignorados.



VIDA

Y tú, vida,
que corres por las venas
desenfrenada como potro salvaje.
Y de pronto,
te paras en el tiempo
clausurando los latidos.
Y yo,
sintiendo el frío silencio del miedo,
a veces roto por los recuerdos
que pernoctan en mi alma.
Los sueños vuelan inocentes
sobre las heridas que yacen
abrazadas en mi tristeza.
Pero tu amor, siempre permanece
en m i memoria.



SOLEDAD

Y tú, soledad,
que engendras dudas en tu emblema
con la monotonía asfixiante de las horas.
Eres cruel en la humedad de la esperanza.
El reloj que manejas entre las sombras
lo aceleras infatigable,
y atado en tu memoria pernocta mi destino.
Y yo,
sin agua en los arroyos,
resecos los sueños en los áridos surcos,
sin trovador que rompa el eterno silencio
ni Adonis que refresque la mirada,
regreso sola y a oscuras del frío de tu alma.
Sin Cupido ni heridas que sangren y empapen
los azules deseos de la magia.
Me duelen los latidos
que talan sin piedad mi risa hueca.
Apártate, soledad, de este paisaje
sin piel que no respira.
Porque yo deliro en las noches
con tu abrazo,
y no puedo mover
ni el pensamiento.



NOCHE

Y tú, noche,
celosa de mis sueños
con tus brazos retorcidos
ceñidos a mi cintura de silencio.
Y yo,
mendigo de tus sombras,
voy prodigando besos
con susurros de aromas.
Siento un dolor en el alma
desgastada por esta melancolía
de miedos que se agigantan.
Los latidos se agitan,
y el aliento empaña la luz de las estrellas.
El sendero, solitario y oscuro,
con rapaces ocultas en acecho,
espera
con su tela de araña seductora.
Y yo,
asustada, busco a ciegas
los deseos perdidos,
hambrientos
de ilusiones.





Círculo de Horas pertenece a la tercera entrega de la
Colección Auroras Boreales, que edita la
Asociación de Mujeres AMATISTA de Coín.
Se terminó de imprimir en Málaga el 23 de Abril de 2004,
Día del Libro, estando la edición al cuidado de
Aurora Gámez y José Andrade.